Los avances tecnológicos son fundamentales para sintetizar múltiples funciones operativas y simplificar nuestras vidas, además de su componente de distracción y esparcimiento en momentos apropiados. Es un medio de comunicación indispensable. Resulta fabuloso para distraer a los bebés, y desde luego a los niños más grandes (papás incluidos). Pero ¿cuándo?, ¿cuánto? No solo el contenido es de suma importancia dependiendo de la edad, el tiempo también es fundamental para cada edad del desarrollo.
De un tiempo reciente se han visto alteraciones muy importantes en el desarrollo cognitivo, motor y social por utilización de teléfonos celulares, tablets, etc. Algunos niños parecen autistas, otros no hablan ni una palabra a los dos años. Y lo más inquietante, es que los padres jóvenes se encuentran “felices por que su hijo es muy tranquilo, no pide ni de comer y es feliz viendo sus programas”.
Algunos pacientes ya acuden a terapias cognitivo-conductuales y ejercicios físicos para mejorar su coordinación motriz y acelerar su tono y fuerza, dependiendo de la edad. Enfermedad del siglo XXI que debemos detectar a tiempo para encauzar un desarrollo psicológico y motor adecuados en la infancia y sobre todo tomar las medidas preventivas para evitar estos problemas.